"...el pasado no tiene peso en la gravedad del ahora..."

Arturo Meneses Arce: Escritor en ciernes, Poeta varado, Filósofo superado...

miércoles, 6 de marzo de 2013

 
ADRIANO 


   Adriano, mi principito, mi Aquiles “el de los pies ligeros”, aun no naces y ya te imagino en mis brazos como recuerdo a mi padre en los suyos. Yo no sé si serás futbolista o campeón de natación, no sé si te gustará jugar con soldados o vestirte de rosa, solo sé que ya te quiero y que falta poquito para que estés en mis brazos y darte mi amor incondicional. He diseñado tu cuarto, disculpa el atrevimiento, con cenefas del espacio, astronautas, cohetes y naves espaciales, la pared blanco humo y verde citrón porque intuyo que te gustarán pero, si fuera que detestas los viajes espaciales y prefieres los príncipes y princesas, igual yo te los cambio pues no importa lo que te gusta, sino de lo que estás hecho, no importa si al roble le salen flores, es el roble lo que cuenta. Eres exigente y celoso, respondes con autoridad cuando te toco en la barriga de tu mamá como si dijeras “Alejaos el reino es Mío” reclamas lo que quieres a golpecitos contundentes y ahora sé que en las noches no soy el único que ha tu mamá hace estremecer, entre sueños la haces saltar y a veces pateas tanto que no la dejas dormir o será que boxeas con ella como “sparring” o que bailas al ritmo de “Dancing Queen”, no lo sé; la imaginación de como serás me emociona tanto que debo reprimirme pues corro el riesgo de educarte como me gustaría que seas y no como tu realmente quisieras. Menudo problema o fina dicotomía será tu educación, el forjarte no es como el acero, mi creación heroica serás Tú tal como eres, soy conciente que seré una guía y protección pero nunca jamás realizaré mis sueños frustrados contigo, mis anhelos y frustraciones son solo mías, estas me enseñaron a no cometerlas contigo. Todo padre desea que un hijo sea un rey o un líder, mis aspiraciones contigo son más modestas, solo quiero que te gobiernes a ti mismo y que te dirijas comedido frente a la adversidad. Cuando crezcas no siempre estaré a tu lado, solo espero estar siempre ahí en los momentos más difíciles pero sé que pido imposibles y ya estoy sufriendo por ello, deberás recorrer tus propios caminos, caerte cuantas veces sea necesario, el final no es una meta, sólo es una serie de pasos acumulados.
   Ya falta poco para que nazcas mi pequeño Aquiles “el de los pies ligeros” o serás Odiseo “mañero” al que la ojizarca vele hasta en sueños, no lo sé; mientras estés conmigo estarás seguro que cuidaré de ti como mi padre lo hizo, al menos esa es mi aspiración, espero no defraudarte a pesar de mi humanidad; si me equivoco perdóname, el camino de ser padre es tan difícil como fascinante, sólo espero dar la talla ante las circunstancias pues pedirle sabiduría a Dios es un albur, la sabiduría que nos otorga reside en la experiencia. De Ti solo puedo pedir que seas libre y que busques el conocimiento para sustentarlo, es fácil caer en las “sirenas” del error mi pequeño “Odiseo”, espero que siempre oigas a las musas de tu corazón Adriano, hijo mío. Concientemente sé que lo escrito líneas arriba es lo que más deseo y que quizá disten de la realidad pero comprende que soy tu Papá y al igual que el mío siempre espero lo mejor de mis hijos porque no somos los padres ajenos a los sueños, soñamos todo el día, cómo serán, con quién se juntarán, a quién amarán, pues estimado “chiquilín” eres una heredad de mi naturaleza, una expresión, una sucesión y me alegra que seas tú al igual que tu hermana quienes prolonguen mi vida aun más allá del implacable tiempo. Algún día, espero también, cargarás a tus hijos como lo haré contigo cuando nazcas, y los abrazarás tan fuerte como lo hizo mi padre conmigo, somos almas que transmigran amor a otras.
   Nunca podría desear que te parezcas a mí, desde el vientre ya eres auténtico, solo sé como quieras, que tu identidad se forje en la nobleza de tu alma y tu valor exalte la grandeza de tu corazón.

                                                                     Tu Papá.

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